Texto de Okasha
(reflexión crítica)
Intentaré realizar un resumen del
texto de Okasha y a la vez precisaré, si
es que fuese necesario, con algunos ejemplos. Pues bien, este autor inicia su
texto preguntándose, bueno ya antes de eso nos había dado una pequeña historia
del avance de la ciencia, ¿qué es la filosofía
de la ciencia? Y nos manifiesta que su principal objetivo es analizar
los métodos de investigación utilizados en las diferentes ciencias. Pues
mirarlo desde una perspectiva filosófica permite analizarla más profundamente,
con ello permite que el trabajo de la filosofía de la ciencia sea problematizar
las suposiciones que los científicos toman como garantizadas. Para ser más
precisos, cabe mencionar que se encarga de averiguar cómo debería proceder la
ciencia, qué métodos de investigación debería usar, cuánta confianza deberíamos
depositar en estos métodos, cuáles son los límites del método científico, etc.
Es decir, que la filosofía de la ciencia puede servirle a la ciencia como un medio
de orientación y de aclaración de conceptos científicos.
Después de haber
dejado claro este punto. Ahora es necesario establecer la diferencia entre
ciencia y pseudociencia. En esta demarcación
nos ayuda Popper, él nos manifiesta que la característica fundamental de
una teoría científica es que esta debería ser falsable, es decir, que la teoría
hace algunas predicciones definidas, y que estas pueden ser probadas
experimentalmente. Es así que nos dice que las teorías que no satisfagan esta
condición son pseudociencias, es decir,
en ellas no se encuentra un falsador potencial, aquello que no cumpla con la
teoría. Es gracias a él que se puede apreciar una aparente contradicción, para
Popper todas las ciencias lo poseen. Estas se prestan al ensayo y error,
mientras que las pseudociencias, como en el psicoanálisis por ejemplo, se toman
como dogmas, es decir, que no podremos encontrar error alguno. En cierta parte
coincido con Popper porque creo que nada puede ser absolutamente verdadero, si
no lo contrastamos. Cuando uno se cierra y dice esto es así nunca podrá saber si
son correctas sus aseveraciones. Somos seres humanos y, por ende, estamos
prestos al error. Como dice el dicho “si fallo existo”. Popper no me convence
del todo porque nunca afirma que refutó la teoría de Freud, sino que se limita a
sus comentarios. No sé si es porque no encontró un dato del cual asirse o simplemente prefirió decir que carece de
falsador potencial. Creo que eso aún forma parte de la incógnita de los grandes
científicos.
Ahora veremos el razonamiento
científico. En él encontramos a la deducción e inducción. La primera establece
una relación apropiada entre las premisas y la conclusión, es decir, si las
premisas son verdaderas, la conclusión también debe ser verdadera. Un claro
ejemplo sería: todos los piuranos disfrutan del cebiche, Yesica es piurana; por
lo tanto Yesica disfruta del cebiche. De una premisa general logramos una
particular. Mientras que en la segunda, nos basamos desde premisas acerca de
objetos que hemos examinado hacia conclusiones que no hemos examinado. Por
ejemplo, Sofía sabe que su enamorado le es fiel hace seis meses, y eso lo ha
corroborado porque mes a mes no ha visto nada extraño en él, y de esa premisa
concluirá que le será fiel todo el tiempo que dure su relación. Sin embargo,
quién le garantiza que su conclusión sea cierta, tal vez dentro de un par de
meses su enamorado se enamora de otra y
cabe la posibilidad de que le sea infiel. Con ello quiero ejemplificar que los
seres humanos estamos acostumbrados a realizar inferencias inductivas en casi
todos los aspectos de nuestra vida. A pesar de que mediante la inducción
podemos llegar a una falsa conclusión, la ciencia no puede prescindir de esta,
pues se basa se casos individuales para llegar a generalizar hechos. Esta
opinión es contraria a Popper quien afirma que los científicos solo necesitan
usar inferencias deductivas, pues estas son más seguras.
Ahora, veremos el problema de Hume. Él
nos manifiesta que el razonamiento inductivo parece una manera perfectamente
sensible de formar creencias acerca del mundo. La ciencia se basa en la
inducción, como dijimos lías más arriba, y el
argumento de Hume parece mostrar que la inducción no puede ser
justificada racionalmente, es simplemente una fe ciega. Si esto fuera cierto,
entonces los parámetros en los cuales se ha construido la ciencia ¿son falsos?
Esto es lo que se conoce como el problema de Hume. Los filósofos se han
encargado de ello y han afirmado que el asunto descansa en el concepto de
probabilidad, pues es natural pensar que aunque las premisas de una inferencia
inductiva no garantizan la verdad de la conclusión, sí la hacen bastante
probable. Recordemos el ejemplo de Sofía y su enamorado, ella cree que le será
fiel, pero en realidad existen las dos posibilidades, también le puede ser
infiel. Prosiguiendo con el texto, ahora toca abordar el tema de inferir la
mejor explicación, esta es un tipo de razonamiento inductivo. Aquí las premisas
no implican la conclusión. Por ejemplo, si vemos llegar a nuestro esposo con
una mancha de lápiz labial en su camisa, inferimos que se ha estado besando con
una chica. Pues, es lo más lógico. Sin embargo, podría haber sucedido que
mientras caminaba se tropezó con una chica y, por lo tanto, se manchó o que
alguien de la oficina se desmayó y él la sujetó. Sin embargo, nuestro sentido
común nos incita a pensar o encontrar una solución lo más pronto posible, la
más fácil. De eso trata la IME, para abreviar, de asirnos de una hipótesis que
es bastante plausible, es decir, es la mejor manera de explicar los datos
disponibles.
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