miércoles, 14 de mayo de 2014

¿La oración?


Muchas veces se nos ha dicho que la oración es aquella que expresa un sentido completo, pero ¿qué tan cierto será eso? Tal vez solo sea la opinión de unos cuantos especialistas en el tema, mientras que otros quizá arguyan que tal definición no existe, porque en realidad no hay nada acabado, puesto que cada punto que se le agrega a una estructura va a ir modificando o cambiado  el significado de la misma. La persona que opina de tal forma es Trujillo, para él el término oración no existe, nos habla de sintagmas y además de lo dicho líneas atrás, que no hacen más que reforzar su criterio, agrega lo importante que es el contexto, pues nosotros como conocedores de nuestra gramática sabemos que una palabra puede tener múltiples sentidos, según el lugar donde nos encontremos.
Si nos ponemos a pensar en todo aquello que nos han dicho nuestros profesores con respecto a la oración, entonces llegaríamos a la conclusión de que siempre nos engañaron, pero tampoco es para alarmarse tanto, lo que quizás ellos nos dijeron no es falso, puesto que he descubierto que en Lingüística hay muchos enfoques, es decir hay consenso en algunas cosas, mas en otras no, porque los especialistas siempre se están refutando entre ellos. Sin embargo, esta es la posición de Trujillo, y como dije al inicio debe haber especialistas que sí defiendan la definición de oración, por ahora podemos seguir pensando que esta, es una unidad de sentido concreto en una situación de comunicación determinada, con una curva de entonación y un verbo como núcleo de la estructura. Si existe o no tal definición ya depende de los estudiosos en la materia, pero lo que sí se tiene que tomar en cuenta es la importancia que adquiere el verbo para que “la oración” tenga significado completo y autónomo. Además aquí es preciso mencionar que para Trujillo una relación pura es el verbo, así como el sujeto.
Se sabe que cada relación tiene una determinada función y pertenece a una determinada categoría. Esto no es nuevo desde que estamos en primaria nos enseñan a identificar los elementos de la oración y así empezamos por el sujeto, predicado y verbo y  a medida que vamos avanzando se nos van atribuyendo funciones más complejas y así se puede llegar a la conclusión de que la función determinante es independiente de un nombre, sin embargo, Trujillo no piensa así, él nos dice que es una función autónoma y además de “la, lo, esa y eso” son determinaciones puras. Por ejemplo si decimos “esa es la casa nueva”, basta que tú digas “esa” para que ya se entienda, sin embargo, yo dudo de que sea así, pues si estoy hablando con una persona y le digo “esa”, obviamente no va a entender  a qué me estoy refiriendo si antes no hemos estado hablando de “una casa nueva”, entonces se llega a la conclusión de que el determinante sí podría llegar a  ser una función independiente, pero siempre y cuando se dé en un contexto determinado en el que ya se han establecido los patrones de conversación. Es igual que en un texto, no puedes utilizar “esa” si en ninguna parte del texto vas a especificar de qué se trata, sino nadie sería incapaz de entenderte.
Como hemos estado hablando de oración, aunque para Trujillo no exista tal término, ahora abordaremos las funciones sintácticas. Estas no son más que los papeles sintácticos que desempeñan las categorías dentro de una oración o dentro de un grupo sintáctico. Es necesario entender que una misma relación sintáctica, no adquiere el mismo significado en todos los casos, por ejemplo: Compro una galleta; compro un helado (cambia la presencia de los signos léxicos que forman parte de las relaciones sintácticas. Es obvio que la estructura es: V- OD, pero el significado varía). Además las relaciones entre los sintagmas, no son más que, las dependencias de los elementos subordinados al nombre.
Al tratar estos temas me vino a la mente el recuerdo de mi profesor de Morfosintaxis II, él cuando nos pedía que definamos qué es el sujeto, muchos le decían “es aquel que ejecuta la acción” e inmediatamente manifestaba “no me lo definas en términos semánticos, sino en sintácticos, puesto que el sujeto es una función sintáctica”. Al comienzo no entendía, pero ya después nos explicó y así llegamos a decir que “es aquel que concuerda en género y número con el verbo”. Estas cosas parecieran sencillas, pero no es así y traje a la memoria esto porque Trujillo también nos habla de esto, nos dice que se tiene que tener en cuenta que las funciones semánticas, es decir aquellas que ven cómo el signo lingüístico tiene un significado y este va  a portar en la relación, son independientes de las sintácticas y que no conviene mezclarlas ni, como a veces se hace, utilizar las primeras para definir las segundas.
En general, se puede manifestar que para Trujillo existen relaciones sintácticas y semánticas, estas últimas son independientes mientras que las otras dependen de las relaciones entre los sintagmas. Y para él la oración no existe, pues esta no es más que la posibilidad de convertirse en señal de comunicación.
Lo presentado es solo un enfoque, está en nosotros tomarlo o no, sin embargo, pienso que hasta el momento se nos seguirá enseñando qué es la oración y cuáles son las funciones que se desempeñan dentro de ella, y observaremos que tanto lo semántico como lo sintáctico está en la misma, puesto que así como la oración tiene un significado completo también dentro de ella de cumplen determinadas funciones.
 
 

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