
El punto principal de esta lectura es que "nuestras
relaciones personales se configuran a partir de las conversaciones que
sostenemos con otros". Esto
es muy cierto, puesto que nosotros como seres gregarios estamos en constante
comunicación con los demás, entablamos relaciones cordiales con quienes podemos
compartir temas de conversación, es que esta desencadena todo. Si nos
entendemos la relación marcha bien, pero también es importante detenernos a
conversar cuando las cosas marchan mal, pues solo así podemos mejorar nuestras
relaciones interpersonales, dicen que hablando se entiende la gente y no hay
nada más cierto que eso, pues nuestras conversaciones tienen el poder de
llevarnos a modificar aquello que no funciona.Del nivel de conversación va a
depender una determinada relación.
Cabe resaltar que las conversaciones
pueden ser públicas o privadas. Las primeras hacen referencia a las
conversaciones que tenemos con nuestros amigos, con los familiares e incluso
con tu propia pareja: mientras que las segundas, tiene que ver con las
conversaciones que tenemos con nosotros mismos. El lenguaje tiene gran poder,
que modifica nuestras conductas, nosotros constantemente estamos construyendo
distintas realidades en base a él. Hasta los secretos configuran las
conversaciones privadas,porque cuando contamos uno solo lo hacemos a la persona
que confiamos, y esta tiene que callar.
En una relación siempre hay cosas
positivas y negativas y es iluso creer que todo es alegría, por
el contrario cuando algo no nos gusta tenemos que manifestárselo a la otra
persona para que todo marche bien, de nada vale ocultarlo porque eso solo
generará que nos acostumbremos a la rutina.
Rafael Echeverría en su libro Ontología
del lenguaje nos manifiesta que "una
buena relación no es una relación sin quiebres; es una relación que ha
desarrollado la capacidad de emprender acciones que se ocupen de ellos en forma
efectiva. Y la forma en que nos hacemos cargo de los quiebres es a través de
las conversaciones. Al hablar, actuamos. Al actuar, cambiamos el curso normal
de los acontecimientos y hacemos que ocurran cosas que no pasarían si no
actuásemos y si no tuviésemos algunas conversaciones. Nuevamente, por lo tanto,
planteamos que para evaluar una relación es necesario que examinemos las
conversaciones que la producen".
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