lunes, 14 de julio de 2014

Marco teórico para la corrección

Esta lectura nos habla acerca de los papeles que cumplen tanto el docente como el estudiante en un salón de clases. En realidad, primero se hace mención o cómo son actualmente y a pesar de que han pasado muchos años la situación no cambia, pues todos creen que el docente de Comunicación decide qué es lo que se debe escribir, cuándo y cómo, mientras que el estudiante solo sigue las instrucciones para no desobedecerlo, se piensa que el profesor lo sabe todo y que por eso no tenemos que cuidar nuestra ortografía porque él nos restará puntos ante cualquier error, ya que el docente al momento de revisar un escrito de los estudiantes cree que con revisar las reglas ortográficas ya hace bastante. Cuán equivocados están todos, pues se supone que él tiene que brindar las pautas necesarias para ayudar a los estudiantes y no traumatizarlos con la ortografía, porque así solo los está alejando de este mundo maravilloso. Los estudiantes al momento de escribir buscarán las palabras más fáciles, pues saben que así no se les corregirá nada y por lo tanto su escrito va a estar "perfecto", así se está impidiendo que ellos desarrollen una competencia lingüística integral, se los limita, solo porque el docente ve la forma y no el contenido. Por el contrario, se tiene que colocar comentarios que le permitan ir mejorando cada vez más, se tendría que aplicar ahí la evaluación formativa para acompañar el proceso de aprendizaje y hacer entender que de los errores uno va aprendiendo, de esa manera ya nadie verá que escribir es engorroso, porque cabe destacar que muchas veces por fijarse uno en la ortografía no ve en sí lo que el estudiante nos quiere transmitir. Se debe corregir, siempre y cuando esto genere ciertos cambios positivos en el desarrollo del estudiantes, no solo tachar las respuestas equivocadas, sino comentar para ayudarles a los estudiantes a superarse, todo tiene un sustento y eso nos permite modificar nuestras conductas. Debe existir una colaboración mutua. El docente no puede imponer los temas al momento de realizar un escrito, pienso que debería dejarlos que ellos elijan o, en caso contrario, colocar la primera parte del texto y que ellos la completen de la manera que crean más conveniente. Nos daremos cuenta de la gran riqueza en cuanto a la creatividad existe en una determinada aula, seguramente habrá errores, pero no podemos satanizar a nadie por eso, recordemos que si vamos a la escuela es para mejorar, porque si lo supiéramos todo, entonces no tendría ningún sentido ir a la misma. Además hay que recordar que hasta los mismos escritores profesionales revisan una y mil veces sus producciones, eso demanda tiempo y los profesores quieren que los estudiantes hagan todo perfecto cuando ellos ni siquiera son profesionales, ¿es ilógico, no? Ya es momento de que entendamos que los profesores de Comunicación estamos para orientar a los estudiantes no para martirizarlos con "las correcciones", fijémonos tanto primero en el contenido y luego en la forma, porque en lo primero está lo más relevante, ya después colocaremos una valoración para que el estudiante sepa en qué debe de mejorar, claro primero se empieza manifestando lo positivo, luego aquello en lo que se tiene que mejorar.
Entonces nos tenemos que concentrar en la corrección procesal, esa que el docente tiene que seguir para acompañar el aprendizaje, la cual está centrada en el estudiante. Aquí el profesor trabaja con sujetos y, por tanto, va a tomar en cuenta la sensibilidad como ser humano; se concentra en el contenido y opina acerca de ello, sobre en qué está de acuerdo y en qué no, además indica qué puntos no están bien claros, todo lo hace en aras de alcanzar una mejora al momento de producir un escrito, es decir, le ayuda a crecer. Así revisar se convierte en una actividad que estimula tanto a los educadores como a los educandos. El autor cita a Chenowech, el cual nos manifiesta acerca de "la importancia que tiene el hecho de entender la revisión no solo como la superación de las faltas e imperfecciones, sino como una operación global de mejora, refinamiento y profundización del texto"(p.23). De esta forma ya ninguno verá la corrrección como algo tedioso, sino simplemente como un elemento que les permitirá crecer integralmente y , por lo tanto, mejorar cada día.


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