miércoles, 2 de julio de 2014

La polisemia (material)


 



 
                                                                                                                                                                  Actividad nº 1
 
 

Lea el siguiente texto e identifique las palabras polisémicas, luego manifieste en qué contexto se utilizan.
 
 
 
 
 
El tierno Daniel
 

Mi abuela estaba sentada en el banco, cuando de pronto sonó el teléfono. Ella corrió a contestar y por ir tan rápido se tropezó con el pico que mi abuelo había dejado en medio de la sala. Yo no sabía qué hacer, porque ella tenía un gran moretón, me decía que le dolía mucho. No encontraba ninguna solución para echarle en la herida, pues como mi abuelito sabía de medicinas, él siempre hacía sus preparados para los tropezones. Entonces, mi abuelita me dijo que la única solución al problema era esperar a que llegara César, yo le dije que no porque ella no podía seguir con el dolor, por eso  le manifesté a Daniel, mi hermanito: “Anda a la chacra y llama a mi abuelito”. Él obedeció, sin embargo, Daniel se distrajo por el camino, porque vio a una llama que comía pasto. Además pensaba en cómo será la capital, pues él era de la Sierra y aunque sus abuelitos le habían dicho que algún día viajarán, a él le emocionaba esa idea. Cuando llegó a la chacra encontró a su abuelo cortando unas maderas con la sierra, inmediatamente le contó lo sucedido en casa. Daniel vio un árbol tirado y recogió las hojas de aquel, pues él amaba todo aquello que fuese verde. Es seguro que cuando llegue a casa empezará a pegar sus hojitas en las hojas de un cuaderno que le regaló el amigo Julio. Su abuelo le dijo que él se iba por otro camino para llegar más rápido y le advirtió que cuidado con acercarse al río, pues la corriente estaba crecida. El niño se quedó muy contento porque amaba la naturaleza, siempre llevaba arroz en su bolsillo para darles a las palomitas, le gustaba sentir el pico de aquellas en sus tiernas y dulces manos, asimismo llevaba consigo una regla la cual le permitía medir el tamaño de las hojas y después las clasificaba de acuerdo a ello. Daniel era un chiquillo muy travieso, pero era feliz así al menos de esa manera lograba distraerse, aunque muchos le decían que rompía las reglas.
El abuelo llegó a casa muy cansado e inmediatamente preparó una solución para la abuela. Por otro lado, yo contesté el teléfono, después, porque seguían llamando. Había sido nuestra madre que nos llamaba para decirnos que había enviado dinero y que nuestro abuelo tenía que ir a recogerlo al banco.
 
 
 
 

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